Sala cervantina. Biblioteca Nacional de Cataluña.
Por estas calles barcelonesas ya no hay quijotes pero aún conservan la magia y el encanto de una ciudad cargada de historia. Durante unas horas nos hemos acercado a ella, la hemos recorrido, nos hemos imaginado cómo sería en aquella época, tal como le impresionó a Cervantes.
A continuación hemos visitado la sala cervantina de la Biblioteca de Catalunya donde hemos podido ver estanterías repletas de ediciones del Quijote. No solo las primeras ediciones de 1605 sino el Quijote traducido a todos los idiomas, ruso, griego, rumano, checo, etc. También ediciones curiosas como algunas en miniatura. En total ocho mil volúmenes dedicados a Cervantes. La visita ha valido la pena.
A continuación hemos visitado la sala cervantina de la Biblioteca de Catalunya donde hemos podido ver estanterías repletas de ediciones del Quijote. No solo las primeras ediciones de 1605 sino el Quijote traducido a todos los idiomas, ruso, griego, rumano, checo, etc. También ediciones curiosas como algunas en miniatura. En total ocho mil volúmenes dedicados a Cervantes. La visita ha valido la pena.
Y así me pasé de claro a Barcelona, archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única; y aunque los sucesos que en ella me han sucedido no son de mucho gusto, sino de mucha pesadumbre, los llevo sin ella, sólo por haberla visto.
(Capítulo LXXII)